Categoría: nacionalismo catalán
Cataluña y los catalanes
Editorial y partidos
Es posible que al leer estas líneas, los ecos del Barça/Real Madrid hayan eclipsado la gresca política por el editorial de la prensa catalana. Sobre este último se ha dicho ya todo lo que se pueda imaginar. Es seguro que los dimes y diretes del fútbol van a llegar más lejos, y que su variedad será mayor, entre otras cosas porque habrá quien trate de juzgar con ecuanimidad. ¿No sería posible encontrar unas reglas políticas de juego limpio para que la disputa histórica, por llamarla de algún modo, se encauce de manera razonable? El Madrid y el Barça siempre quieren ganar, pero, al menos, admiten que juegan a lo mismo, y tratan de hacerlo lo mejor que pueden, de manera que, aunque a veces se demonice a Guruceta o al que toque, la sangre no llega al río, porque saben que el juego es cosa de dos,.. y del árbitro.
Podemos ver el editorial catalán como el intento de forzar una solución, arbitraria e imposible para los no nacionalistas, o como un problema, lo que no puede negarse, ni por unos ni por otros, por nadie.
El fútbol nos ilumina a la hora de lidiar con problemas de este tipo. ¿No ocurrirá que lo que hace que una liga se pueda mantener, pese a las pasiones desatadas, es que los intereses comunes (y los sentimientos, las ambiciones, las tradiciones, y mil cosas más), son mayores que las diferencias, aunque éstas sean las que le dan sabor a la refriega?
La política es también un juego desde el punto de vista lógico, y uno de esos juegos que no siempre tienen solución precisa, por lo que hay que recurrir al árbitro y a su autoridad para decidir en las trifulcas que, de otro modo, acabarían con él. Al juez se le puede intimidar, hasta cierto punto, pero tiene la sartén por el mango, y el buen sentido de los contendientes suele saber cómo no pasarse de la raya.
¿Podríamos dejar de denostar al árbitro constitucional? Tras su sentencia, habrá pitos y aplausos, pero la pugna seguirá, porque nada acaba, que es de lo que se trata.
Cosas que no debiéramos saber y que no deberíamos pensar
El blog de Arcadi Espada, siempre interesante, es hoy realmente revelador. Arcadi vuelve a meter la mano donde no debiera y, claro, resulta que se difuminan los perfiles entre el nacionalisme y el negoci (no sé si se escribe exactamente así, pero me sirve para que me entiendan) con un tipo de cosas que no se cuentan en la prensa. ¡Faltaría más! No seamos injustos con los catalanes, no les machaquemos, como diría Laporta; estas cosas pasan en todas partes, aunque casi nadie sepa hacerlas con la complicidad virtuosa con que se hacen en la pomada catalana. ¡Pobre Millet! Corre el riesgo de ser confundido con un chorizo de la Faes cuando ha ejercido la más delicada de las misiones patrióticas, catalanas of course, sin apenas hacer ruido!
Por analogía me da por pensar en las almas tiernas que se preocupan por el destino de Gallardón tras su ¿fracaso? en Copenhague. Siempre hay gente con capacidad de conmoverse cuando se asiste al final de una gesta y se acepta impávido la derrota, injusta por supuesto. La lástima es que haya almas mezquinas que se pregunten por la contabilidad, por los verdaderos motivos, que lleguen, en su perversidad, incluso a sugerir que no san estado tomando el pelo, y pagando. Esa clase de pensamientos torcidos son los que en Cataluña se proscriben con rara eficacia, y así se hace país.