Feynman

Acabo de leer el librito de Leonard Mlodinow en el que se contiene una buena colección de recuerdos del gran Feynman en Caltech. En una ocasión Feynman se refiere a un trabajo de un colega de ambos del que se sospechaba que fue amañado y le dice a LM: «lo que debería molestarte tanto como si tu amigo amañó o no su trabajo es que muchas personas lo leen y no podrán notar la diferencia. Hay muchas personas que no son escépticas, ni entienden lo que están haciendo. Sólo están siguiendo a alguien. Eso es lo que tenemos: demasiados seguidores, muy pocos líderes». Se trata de un dictamen muy exigente, y de algo que solo puede decir sin que tema que le tomen por un pedante y un soberbio alguien tan prestigiado como RF, pero se trata, con todo, de una gran verdad, y eso que RF no estuvo nunca en España. 
La red no importa

Educación

Cuando se tiene una cierta experiencia en la educación, pronto se llega a perder la capacidad de asombro. Es realmente notable que no caigamos en la cuenta del daño que causa en el espíritu de los jóvenes una educación rutinaria, sin aliento, sin ninguna emoción, y cómo amputa muchas de las cualidades que debiera potenciar. Habría que dejar de hablar de educación, que suena a algo muy pasivo, y recordar a todo el mundo que nadie puede educar, pero que tampoco nadie debería privar a los alumnos de su capacidad de aprender, cosa que se hace a base de prohibir el interés y premiar la pasividad. A partir de cierta edad y nivel de instrucción hace falta que un alumno tenga vocación, deseos de saber, preparación y capacidad de sacrificio, y muchos carecen de esas cualidades sin las que es imposible que consigan nada, pero les hacemos persistir en el feo vicio de frecuentar las aulas  para acostumbrarse a repetir lo que oyen. Lo raro es que no haya todavía más desastres que los muchos que soportamos. 
Black Friday