Deporte y política

No cabe duda de que los éxitos de los deportistas españoles llaman la atención, y que eso nos lleva a preguntarnos: ¿qué hay detrás de ello? Lizawetsky anda dando a entender que él tiene que ver en eso y habrá que disculparle porque la vanidad es tentación asaz común, especialmente cuando no hay motivo real. Creo que deberíamos descartar factores políticos porque es precisamente el fracaso político, y me refiero, sobre todo, a la ruina económica, el disparate institucional, el egoísmo más cateto, el corporativismo, y a la incultura política, lo que más contrasta con el éxito deportivo.
Lo que ha ocurrido es que distintos grupos de personas se han puesto a trabajar olvidándose de pedir el maná y fiándolo todo a su esfuerzo, a su imaginación, a sus ganas de competir y de tener éxito… y los resultados han ido acompañando. En el orden económico hay unas cuantas empresas que han hecho algo parecido, pero la mayoría del país sigue esperando que alguien le arregle sus problemas, una subvención, un apoyito del gobierno… y por ahí no se va a ninguna parte. El deporte es una buena imagen de lo que habría que hacer: salir fuera, competir, seleccionar a los mejores, no rendirse, ser ambiciosos, lo contrario de echarse la siesta, culpar a los demás de la propia mediocridad y protestar.