Ramón y Cajal en Aragón

Una de las alegrías que me ha deparado el reciente proceso electoral es haber visto a Luisa Fernanda Rudí, presidenta de Aragón, hablar de Santiago Ramón y Cajal, proponer su ejemplo a los ciudadanos y establecer un premio importante bajo su advocación. Es muy difícil entender  el descuido en el que se encuentra la figura de nuestro único científico de primer nivel.No tenemos, por ejemplo, una edición mínimamente decente de casi nada de lo que escribió. Don Santiago fue un español apasionado y un patriota ejemplar, un hombre tan excepcional como fácil de imit ar, se mire por donde se mire, aunque para hacerlo hay que esforzarse por alcanzar su carácter, su paciencia, su valentía, su tesón y su ambición, cosas poco socialdemócratas, hay que reconocerlo. Los lectores que quieran pasar un rato muy agradable deberán leer sus escritos autobiográficos, fuente de numerosas reflexiones y enseñanzas. Hay algunos trabajos míos que se pueden encontrar en mi página web y que pueden servir para que cualquiera comprenda las ideas políticas del aragonés. Hay que esperar que la invocación a Ramón y Cajal no se quede en una ceremonia. 
¡Pobre Microsoft!

Rubalcaba o la segunda taza de caldo

Si hay algo que me molesta de la política contemporánea española es la facilidad con la que los grandes partidos nos toman por tontos. La patética representación de Carmen Chacón haciendo ver que tenía un proyecto maravilloso, pero que tenía también muchas razones para que nos jorobemos todos y nos quedemos sin él, es un buen ejemplo de lo que digo. El caso es que ha sido alabada por algunos comentaristas ¡cómo está el patio! Su ejemplo de vaciedad no es menor que el de Rubalcaba pretendiendo que está decidido a asumir una responsabilidad que los demás cargan en sus espaldas, atléticas, según ha tenido a bien recordarnos, sin que él haya movido un dedo por lograrlo. Es tal la dosis de farsa que produce asombro que estos sujetos tengan todavía millones de votantes.
El socialismo ha fracasado por completo en su versión posmoderna, y ha estado a punto de hundir por completo a un país que tenía algunas posibilidades de salir adelante con cierta dignidad hasta su llegada. Ahora se apresta a rectificar el rumbo un elemento que participó ya en el naufragio de la versión felipista y ha estado muy activo en esta segunda temporada. Nos asegura que tiene también un proyecto ilusionante. ¡Joder qué tropa!
¡Libros de texto portentosos!