Simancas, ese sabio

Simancas, el que perdió las elecciones frente a Esperanza Aguirre, la acusó de corrupción y las perdió por mayor diferencia,  ha establecido en el Congreso una doctrina decisiva que, si Dios no lo remedia, será citada por Rajoy en cualquier momento, a saber, que los políticos son irresponsables porque los únicos responsables son los técnicos. Su querido Pepiño no ha tenido nada que ver con el accidente ferroviario más grave en cincuenta años, con un sistema de seguridad que frena a más de 200 pero se queda impertérrito a 195, con   un sistema de control que no llega a Santiago y se ausenta  un poco antes de la curva fatal,  con un tren que no entiende el sistema de seguridad con el que supuestamente se controla y que no funciona, con un cambio de ancho de última hora, para llegar a tiempo a las elecciones, con un tren que parece un acordeón, en fin con nada. Los malvados técnicos haciendo chapuzas, que es lo que les gusta y luego queremos que los inmaculados e inmaculables políticos de izquierda paguen el pato.
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